“ Es posible que pienses que soy pequeña, pero tengo todo un universo en mi interior”
Yoko Ono

Con esta frase quería inaugurar esta sección del Vlog. En este post te cuento mi camino de transición y aprendizaje en la fotografía analógica.

En este artículo

Inicios

Desde que allá por el 2000 que me regalaran por Navidad una cámara analógica, una Canon EOS500N, no he parado de hacer fotos y aprender sobre fotografía.

En el 2002 me compré mi primera cámara Kodak digital, imaginaos, de las primeras, y no es que fuera muy buena, pero ya me costó sus 50 euros de la época, que no era moco de pavo.

A pesar de que usaba mi nueva y flamante cámara digital, nunca dejé de hacer fotos con mi Canon analógica. Un tiempo después se me presentó la oportunidad de hacer un curso de fotografía analógica y fue uno de los mejores que he hecho nunca. Enfocó el objetivo de mi mirada hacia un mundo maravilloso.

Así que, allá donde iba yo, mi cámara, que todavía conservo, se venía conmigo. Al finalizar cada carrete lo llevaba directamente a revelar a la tienda de fotos y pedía las copias oportunas. ¡Aquello si que era calidad de impresión!

Descubrimiento de Lomography

En una visita a Madrid en el 2004, en una tienda “modernilla” y digo modernilla porque el termino hípster no era muy conocido, me compré mi primera lomo: una «Actionsampler» muy colorida y toda de plastiquito, que también conservo y con la que empecé un proyecto de besos.

Esta cámara que a priori parecía de juguete, me abrió la puerta al mundo de la Lomografía.

Este movimiento y su filosofía llegaron en el momento justo, era lo necesitaba para dejarme llevar y explorar mi creatividad.

Así que cuando volví a casa me compré una caja con cámaras lomo. Estaban la LC-A, la Holga…no sé, venían unas diez. Yo estaba en una nube y no paraba de usarlas.

Aunque las cámaras digitales ya eran más asequibles, yo seguía encantada con esa cajita de “plásticos” tan llena de posibilidades.

Descubrí una “embajada lomográfica”, que es como llaman a sus tiendas. Estaba ahí justo en Barcelona. Se hacían presentaciones de nuevas cámaras, se celebraban fiestas, había sorteos, Bingos, cursos, talleres, todo lo que en ese momento me hacía disfrutar no sólo de la fotografía analógica, sino tambien de la comunidad de gente entusiasta que iba conociendo. En una de esas fiestas conocí a mi muy buen amigo Pablo H, uno de los mejores fotógrafos que conozco y que me ha servido de inspiración para salir de mi zona de confort y esforzarme en ver y mirar una escena desde diferentes ángulos y puntos de vista.

También conocí en otra de las fiestas a la mujer de Pasquale Caprile, (embajador para España del proyecto de Lomography) una mujer llena de energía y pasión por la vida y por la fotografía que me insistió para que asistiera a la Convención Lomográfica que se celebraba cada 4 años y ese año 2007 tenía lugar en Londres. ¡Dime! ¿Quién se puede resistir a visitar Londres? ¡¡¡¡¡¡eso era diversión asegurada!!!!!

Londres, ¡a disparar!

Asistió gente de, literalmente, todo el mundo. Conocí a gente de Francia, de Abudabi, de Italia, de Austria, de EEUU, hasta de Hong Kong. Bufff, fue…una…pa-sa-da, un subidón de adrenalina ver a tanta gente con tanto talento y tan creativa.

Hicimos algunos cursos, diversas salidas para hacer fotos temáticas, charlas, workschops, brainstormings… en dos palabras : “una pasada”.

Algunas de las rarezas que tuve el honor de conocer en personas fueron: Justin Quinnell que hace fotos Pinhole, o sea desde dentro de su boca, una cosa flipante, no del gusto d todos, pero a quien se le podía ocurrir que eso se podía hacer!! Os recomiendo echar un vistazo a su trabajo.

Vuelta a casa con un subidón

Al volver a Barcelona empecé a ver la fotografía desde una perspectiva completamente diferente. Se habían abierto ante mí millones de posibilidades creativas. Me apunté a una escuela donde me enseñaron a revelar mis propios carretes, ampliar fotos, iluminar desnudos e incluso el post-retocado de Polaroids SX-70.

En paralelo seguía participando en talleres lomo, me apuntaba a casi todos los cursos en los que pudiera aprender a mejorar mis fotos. Aprendí a hacer fotografía de calle o a desarrollar proyectos fotográficos.

Nueva etapa y nueva home

En el 2012 me vine a vivir al sur de Alemania, a una ciudad que realmente es como un pueblo, y me sentí limitada creativamente.

Mi ciudad, Barcelona, tan llena de vida, de ambiente, de color, de diversidad, no tenía nada que ver el pueblo dónde aterrice, más tranquilo, monocolor, aburridillo, pero la cuestión era simplemente cambiar mi chip.

Así que no me di por vencida y seguí formándome. Hice dos cursos, uno de Photoshop y otro de retratos. Estos cursos me sirvieron para conocer otras personas de mi ámbito, fotógrafas y fotógrafos aficionados.

Polaberlín

Por esa época visitaba Berlín por lo menos una vez al año y allí, en la tienda de Impossible Project, pude hacer un curso de Transferencia de Polaroids. Técnica requiere de mucha práctica y me flipó.

Cámara: Holga Carrete: diapositiva Velvia

A día de hoy sigo haciendo fotos y sigo buscando cámaras por los mercadillos del país, donde realmente encuentro verdaderos tesoros.

Esto se acaba… ¿Segur@?

Releyendo mi biografía analógica me doy cuenta de que lo que empezó como un hobby se ha convertido en mi pasión. Donde encuentro mi fluir y se ha transformado en mi propósito de vida, mi Ikigai.

Por este motivo ¡lo he decidido¡ Voy a reunir todos mis conocimientos, mi saber, mi experiencia y voy a compatirla. ¿Por qué? y cierro con la misma frase con la que empecé de Yoko Ono: “ Es posible que pienses que soy pequeña, pero tengo todo un universo en mi interior”

¡Ahora quiero leerte a ti!

¿Tu también estás enganchad@ a la fotografía? Cuéntame tu historia, me encantará leerla.