Hallo! Soy Raquel
Y vivo en el paraíso de la fotografía analógica.
Todo empezó hace doce años, cuando acepté una oportunidad en mi trabajo como ingeniera electrónica que me llevó a trasladarme de Barcelona, mi ciudad de origen, a un pueblo del sur de Alemania.
Hoy estoy casada, soy madre de un niño de 4 años y sigo viviendo en el país germánico, en el que he encontrado un paraíso para aquellos que amamos la fotografía analógica.
La riqueza del sector, con su gran oferta de cámaras bien cuidadas, la infinidad de mercadillos donde hallar los modelos más variados y una gran cantidad de amantes de esta forma de retratar la vida lo convierten en un lugar donde disfrutar plenamente de mi pasión.
Mi propósito es acompañarte a sentirte valiente y capaz de dar a conocer tu mundo interior a través del arte de la fotografía analógica.
Se trata de una forma de expresión creativa que puede ayudarte a romper con muchas inseguridades y creencias limitantes (ya sabes, esas que nos llevan a la autocrítica, a infravalorarnos y a una autoexigencia desmesurada).
Yo misma empecé comprando cámara analógica tras cámara analógica, pensando que si las fotos que hacía no salían como las había imaginado era porque no estaba usando la herramienta adecuada. Pero pronto me di cuenta de que, en realidad, lo que necesitaba era ganar confianza en mis propias capacidades. ¡Sin darme cuenta, me estaba saboteando!
Cuando decides empezar a ver el mundo a través del visor de tu cámara analógica comienzas también un proceso de búsqueda de tu propia autenticidad, sin caer en la trampa del perfeccionismo, que resulta casi terapéutico.
Hola, soy Raquel
Y vivo en el paraíso de la fotografía analógica.
Todo empezó hace doce años, cuando acepté una oportunidad en mi trabajo como ingeniera electrónica que me llevó a trasladarme de Barcelona, mi ciudad de origen, a un pueblo del sur de Alemania.
Hoy estoy casada, soy madre de un niño de 4 años y sigo viviendo en el país germánico, en el que he encontrado un paraíso para aquellos que amamos la fotografía analógica.
La riqueza del sector, con su gran oferta de cámaras bien cuidadas, la infinidad de mercadillos donde hallar los modelos más variados y una gran cantidad de amantes de esta forma de retratar la vida lo convierten en un lugar donde disfrutar plenamente de mi pasión.
Mi propósito es acompañarte a sentirte valiente y capaz de dar a conocer tu mundo interior a través del arte de la fotografía analógica.
Se trata de una forma de expresión creativa que puede ayudarte a romper con muchas inseguridades y creencias limitantes (ya sabes, esas que nos llevan a la autocrítica, a infravalorarnos y a una autoexigencia desmesurada).
Yo misma empecé comprando cámara analógica tras cámara analógica, pensando que si las fotos que hacía no salían como las había imaginado era porque no estaba usando la herramienta adecuada. Pero pronto me di cuenta de que, en realidad, lo que necesitaba era ganar confianza en mis propias capacidades. ¡Sin darme cuenta, me estaba saboteando!
Cuando decides empezar a ver el mundo a través del visor de tu cámara analógica comienzas también un proceso de búsqueda de tu propia autenticidad, sin caer en la trampa del perfeccionismo, que resulta casi terapéutico.
Si prefieres
verme y escucharme…
Una de mis formas favoritas de conocer a alguien es a través de sus fotos analógicas. Para ello recurro a la Entrevista Gráfica, un formato de entrevista de 21 preguntas donde las fotógrafas se presentan a través de su obra (o lo que es lo mismo, conocemos a la persona a través de su visión del mundo).
Si quieres saber un poquito más sobre mí, ¡aquí está la mía!